Los últimos momentos de la vida de una persona pueden causar un gran impacto entre sus cuidadores, familiares y amigos.
El duelo anticipado aparece cuando la muerte es algo previsible y facilita tiempo para interiorizar que el fallecimiento del ser querido va a ocurrir. Aprender a convivir con el duelo anticipado supone un gran choque contra la realidad.
Ahora cobra gran importancia la posibilidad de pasar esos últimos momentos con la persona querida, compartir emociones y escuchar sus últimos deseos e instrucciones. Esta despedida supone un proceso de adaptación que puede prevenir un duelo complicado.
Existen ciertos aspectos para tener en cuenta cuando la muerte se acerca:
- Estar presente cuando el ser querido fallece. Siempre que sea posible, la familia más cercana deberá tener conocimiento de que la muerte es inminente. Esto les permitirá acompañar a la persona en los últimos momentos.
- Despedirse del cadáver. Cuando ocurre el fallecimiento, es conveniente permitirse unos minutos a solas para dar un último adiós.
- Tramitación del deceso: llamar al médico para que certifique la defunción y después a la funeraria. Será de gran ayuda anticipar los trámites con la funeraria, ya que en el momento del fallecimiento se hacen mucho más cuesta arriba. Una adecuada planificación permite que nos centremos en despedirnos de nuestro ser querido y a acompañar al resto de familiares y amigos.
En ocasiones, las personas que están enfermas desean participar en la planificación de su propio servicio funerario. Esta planificación anticipada aliviará la carga tanto del enfermo, que sentirá que sus deseos son escuchados, como de los demás familiares, que no tendrán que organizar algo tan doloroso en los momentos siguientes al deceso.
A la hora de afrontar el momento final, es aconsejable tener en cuenta:
- Testamento vital: este documento también se conoce como documento de voluntades anticipadas o documento de instrucciones previas. Es el escrito donde se refleja la voluntad de un paciente con respecto a los tratamientos médicos que desea recibir cuando presente una enfermedad y por sus circunstancias no pueda expresarse, así como lo que quiere que se haga con su cuerpo cuando fallezca. Es importante saber si el enfermo ha hecho este documento y, en caso afirmativo, acceder a él para actuar conforme a sus deseos.
- Seguro de decesos: conviene saber si la persona que va a fallecer dispone de seguro de decesos. Para ello lo más sencillo (en caso de no poder preguntarle) es que algún familiar debidamente autorizado compruebe si en los movimientos bancarios aparece algún cargo en cuenta de una empresa de seguros. Si fuera imposible averiguarlo antes del deceso, se puede solicitar después un Certificado de Contratos de Seguros de cobertura de fallecimiento en la sede electrónica del Ministerio de Justicia. En caso de que lo tuviera, los beneficiarios podrán contactar con la compañía aseguradora para reclamar la cuantía que les corresponda.
- Contratación anticipada de servicios funerarios: una opción cada vez más elegida, es dejar el servicio funerario contratado de forma previa al fallecimiento. Parcesa ofrece planes funerarios a la medida de cada persona. Cuando se realiza este tipo de gestión, se advierte a quien los contrata que deben poner en conocimiento de sus familiares el servicio que han contratado, para evitar que cuando ocurra el deceso se haga una gestión paralela.
- Documentación previa: hay documentación que habrá que firmar cuando ocurra el fallecimiento (autorización para el traslado, licencia de enterramiento/cremación, contrato de prestación del servicio funerario, orden de inhumación/incineración…) que se puede ir preparando con cierta antelación. Recomendamos contactar con la funeraria para que ayuden a la familia en los preparativos que puedan adelantar.
- Servicios sociales: cuando la familia no dispone de recursos económicos, existen diferentes opciones para realizar un servicio funerario.
- Servicios sociales de los ayuntamientos: algunas localidades disponen de una partida en sus presupuestos destinada a la prestación de los servicios funerarios para personas con pocos recursos. Para poder gestionarlo de esta forma, la familia deberá ir al ayuntamiento donde estén empadronados para que la unidad de Trabajo Social valore si cumplen los requisitos para beneficiarse de estas ayudas.
- Empresas funerarias: si no se cumplen los requisitos anteriores, los trabajadores sociales de los centros donde se encuentre la persona enferma (hospitales, residencias, cuidados paliativos domiciliarios…) derivarán el caso a empresas funerarias que dispongan tarifas de carácter social, para familias que no puedan afrontar el coste de un servicio funerario a tarifa del mercado.
- Documentación: este aspecto depende mucho de cómo será el servicio funerario (si será una cremación, un entierro, un traslado…). En todos los casos, debemos tener preparado el documento de identidad tanto de la persona que va a fallecer, como de la persona que se encargue de firmar la documentación correspondiente. En ocasiones (fallecimientos en domicilio y en algunos centros sanitarios privados fundamentalmente) habrá que comprar en una farmacia un Certificado Médico de Defunción, que permitirá al médico certificar el fallecimiento. Este documento lo puede facilitar también la funeraria si se ha contactado con ella de forma anticipada. Si la muerte se produce en casa, conviene tener a mano algún informe médico reciente por si el médico que vaya a certificar lo solicita.
- Pedir ayuda: consultar cualquier duda que surja con los expertos (médicos, trabajadores sociales, empresa funeraria…). De esta forma, todo será más fácil y evitaremos tomar decisiones equivocadas.
Ante todo, acompañar en los últimos momentos de la vida es una experiencia que cambia a la persona y que desde el amor, el cariño y el afecto puede allanar el camino de aquellos que se enfrentan a sus últimos días.