José Pedro Pérez Llorca, nacido en Cádiz en 1940, ha fallecido a sus 78 años de edad en la capital española, Madrid. Según han confirmado desde el despacho Pérez-Llorca, uno de los siete padres de la constitución y ex ministro de Presidencia y Relaciones con las Cortes, Administración Territorial y Asuntos Exteriores, nos ha dejado debido a la enfermedad pulmonar que padecía.

Múltiples personalidades del mundo político y jurídico, además de amigos y conocidos, han acudido a la capilla ardiente instalada en el tanatorio de La Paz, situado en el municipio de Alcobendas.

Carrera y cargos de Pérez-Llorca

Pérez Llorca era licenciado en Derecho por la UCM y participó como ministro de Presidencia en la 1ª legislatura de gobierno democrático de Adolfo Suárez. A posteriori ocupó la cartera de Administración Territorial, entre mayo y septiembre de 1980, momento en el que fue nombrado ministro de Exteriores, cargo que ocuparía hasta diciembre del 82.

José Pedro Pérez Llorca quien fuera diputado en el Congreso por Unión de Centro Democrático – UCD – entre 1977 y 1982, era una de las tres figuras firmantes de la Carta Magna que aún seguían con vida, junto a Miguel Herrero de Miñón y Miquel Roca. Leyendas vivas de nuestra democracia.

Después de la victoria del partido socialista en 1982, José Pedro abandonó la política para fundar su bufete de abogados Pérez-Llorca, al que dedicaría el resto de su vida laboral.

El que fuera uno de los padres la Constitución española participó el pasado mes de diciembre 2018 en los actos conmemorativos por el 40 aniversario de la Carta Magna. A la cual calificó como “hija de la Transición” y cuyo nacimiento fue fruto de un consenso, exigido por la sociedad española, tras haber pasado lo que Pérez-Llorca denominó como una época “difícil” en la que destacó el papel del rey emérito Juan Carlos I.

Pérez Llorca ha sido uno de los denominados padres de la Constitución que ha defendido la reforma del texto magno, siempre y cuando los encargados de llevarlo a cabo mantengan un consenso y piensen a favor de la sociedad. Aunque ratificó también que debe mantenerse “lo fundamental”.

“Espero que haya una reforma constitucional porque la sociedad española quiere esa reforma”, declaraba el pasado 22 de octubre.

También destacó su crítica hacia el clima de crispación política que vive nuestro país estos últimos años y lamentó la falta de “un anhelo común” y de “un ambiente de entendimiento y acercamiento” como ocurrió durante la Transición.

“Nos llevábamos muy bien y discutimos muy pacíficamente porque era urgente ponerse de acuerdo, era lo que pedía la sociedad española”, aseguró el pasado 6 de diciembre en el Congreso.

Ahora nos deja su legado y sólo podemos despedirlo tal y como se merece un padre de la Constitución española, con respeto y admiración.

Descansa en paz