Cuidadores voluntarios

“Nunca subestimes tu habilidad para mejorar la vida de alguien”

Greg Louganis

 

Las personas voluntarias de las entidades que acompañan a personas que sufren soledad no deseada por enfermedad, dependencia, discapacidad o riesgo de exclusión social les ofrecen su tiempo, compañía y, sobre todo, cariño.

En muchas ocasiones, se deben enfrentar a la pérdida de la persona a la que han estado acompañando, por lo que es fundamental que estén formados en duelo, en cómo pueden afectarles esas pérdidas y qué herramientas existen para atravesar el duelo de la forma más sana posible.

Llamamos duelo al conjunto de sentimientos, emociones, pensamientos y comportamientos que aparecen tras la muerte de un ser querido. Durante este proceso la persona se va adaptando de forma gradual a la nueva realidad hasta que está preparada para aceptarla.

El duelo es una respuesta normal y natural a una pérdida o separación de un ser querido, no es una enfermedad, pero sí un acontecimiento vital estresante, ya que se pasa de un espacio de seguridad a uno desconocido.

No debemos olvidar que las pérdidas son una situación inherente a la condición humana. La única certeza que hay en la vida es que todos, en algún momento sufriremos alguna pérdida.

El 90% de las personas atravesarán un duelo normal y solo necesitarán el apoyo familiar y social. El 10% restante presentarán un duelo complicado y necesitarán ayuda profesional para adaptarse a la nueva situación sin su ser querido.

Existen varios tipos de duelo presentes en la acción voluntaria:

  • Duelo anticipado: comienza cuando el entorno de la persona toma conciencia de la cercanía de la muerte. Es propio de enfermedades y es cuando comienza el temor a lo desconocido, el miedo al dolor que se va a experimentar tras la pérdida y los cambios que supondrá tanto en la estructura familiar y social.
  • Duelo traumático: en esta categoría incluimos toda muerte súbita o violenta (accidentes, infartos, suicidios…). La principal característica es la sensación de irrealidad de la muerte.
  • Duelo del profesional: duelo que experimenta la persona en su condición de voluntaria frente a la pérdida de alguien significativo y por la cual siente dolor y pesar. Esta pérdida tiene que estar ligada a la labor voluntaria que está realizando como parte del engranaje de profesionales sociosanitarios que han atendido a la persona fallecida.

Fases y etapas del duelo:

Negación

  • Negar la muerte permite amortiguar el golpe y aplazar el dolor que nos produce esa noticia.
  • Nos podemos expresar manifestando esa pérdida, pero comportarnos como si fuese algo transitorio y la persona fuese a volver.
  • La negación no puede ser sostenida de manera indefinida, porque choca con la realidad que aún no se ha llegado a aceptar del todo, así que terminamos abandonando esta etapa.

Ira 

  • Etapa de la rabia o ira. Aparecen fruto de la frustración que produce saber que se ha producido la muerte y no podemos hacer nada por solucionarlo.
  • Se trata de una etapa con una carga emocional muy fuerte, en la que empezamos a tomar conciencia del fallecimiento.
  • Por eso aparece una fuerte sensación de enfado que se proyecta en todas las direcciones. Aunque una parte de nosotros sepa que es injusto, la rabia se dirige contra personas que no tienen la culpa de nada.

Negociación

  • Esta etapa puede ocurrir antes de la pérdida, en caso de tener a un familiar con enfermedad terminal, o bien después de la muerte para intentar negociar el dolor que se produce con la distancia.
  • Se desea volver a la vida que se tenía antes de que muriera el ser querido y que éste vuelva a nosotros.
  • Se concentra gran parte del tiempo en lo que el doliente u otras personas podrían haber hecho diferente para evitar esta muerte. La frase más escuchada es “¿Qué hubiera sucedido si…?”

Tristeza, desesperanza, miedo

  • Se siente tristeza, miedo o incertidumbre ante lo que vendrá.
  • Sentimos que nos preocupamos mucho por cosas que no tienen demasiada importancia mientras que levantarse cada día de la cama se siente como una tarea complicada.
  • Estos sentimientos muestran que el doliente ha comenzado a aceptar la situación.
  • Aparecen sentimientos de vacío y dolor.
  • Se presenta irritabilidad e impotencia.

Aceptación, perdón

  • La frase que resume la esencia de esta etapa es: “Todo va a estar bien”
  • Esta etapa no significa que estamos de acuerdo con esta muerte, sino que la pérdida siempre será una parte de nosotros.
  • Este proceso nos permite reflexionar sobre el sentido de la vida, así como lo que queremos de la vida a partir de ahora.
  • Esta etapa consiste en aceptar la realidad de que nuestro ser querido se ha ido físicamente por lo que debemos comprender que esta nueva realidad que vivimos sin él será nuestra realidad de ahora en adelante.
  • Se trata de aprender a convivir con esta pérdida.