Los cuidadores principales son aquellas personas que se encargan del bienestar de los mayores que necesitan soporte, especialmente aquellos que padecen una enfermedad crónica o algún tipo de dependencia o diversidad funcional.
Con la llegada de las fiestas navideñas, estos cuidadores se vuelcan en ellos trasladando el espíritu navideño en las rutinas de cuidado.
Todos los miembros de la familia deben poner su granito de área para que estas fechas tan señaladas les dejen buenos recuerdos.
¿Cómo podemos apoyar a nuestros familiares en estas fechas?
La soledad es uno de los factores que más pueden afectar, especialmente en estos días tan significativos, por lo que es fundamental promover el contacto social.
Existen además muchas actividades para que las personas mayores o dependientes se empapen del espíritu navideño:
- Organizar encuentros con amistades y/o familiares. Si desplazarse no es posible, se pueden realizar videollamadas o escribir felicitaciones navideñas.
- Pasear por la calle de sus lugares de residencia para disfrutar de la iluminación y los mercados invernales. Existe un amplio abanico de actividades pensadas para todas las edades, que se suman a las celebraciones tradicionales de días como la Nochebuena, la Navidad, la Nochevieja, el Año Nuevo y la Noche de Reyes.
- Decorar el hogar manteniendo las tradiciones.
- Preparar dulces navideños.
Al hacer partícipes a las personas mayores en estas actividades, también les ayudamos a que se sientan útiles e integrados en todas las rutinas que van ligadas a estas festividades.
Por otro lado, la Navidad puede provocar sentimientos de nostalgia y recuerdos de tiempos más activos y saludables. Estas emociones muchas veces son difíciles de gestionar y requieren de una especial atención para las personas que rodean al anciano. Es importante ofrecerles escucha, apoyo y dejar un espacio para que narren aquellas cosas que añoran. También intentar mantener todas aquellas costumbres que sea posible y, aunque la situación sea diferente, permitan conectar con el pasado, presente y el futuro que está por venir.
Una actividad que se puede llevar a cabo con ellos es la elaboración de un álbum de recuerdos. Se pueden recopilar fotografías de Navidades anteriores y recordar viejos momentos compartidos con familiares y amigos.
Es fundamental tener en cuenta el grado de limitación física y planificar las reuniones y eventos de forma que sean lo más cómodos y accesibles para ellos. Buscar sitios amplios, de fácil accesibilidad y donde el anciano se sienta seguro y protegido es esencial para el buen disfrute de estos días. Así, nos aseguramos de que puedan participar en la Navidad de forma activa y significativa.
Si nuestro familiar es residente de un centro geriátrico, es necesario valorar con el personal de éste la conveniencia de salir del centro en estas fechas. Para ello, se debe considerar:
- El estado de salud antes de iniciar cualquier desplazamiento. Nunca haremos nada que pueda perjudicar a nuestro familiar.
- Cambios en las rutinas: salir del centro para comer y dormir puede generar confusión o estrés, sobre todo en aquellas personas mayores que padecen demencias u otras patologías cognitivas.
- Cuando la movilidad es reducida, desplazarse a casa puede ser física y emocionalmente abrumador. Además, en los domicilios particulares los equipamientos y recursos para cubrir sus necesidades suelen ser más limitados y esto puede afectar negativamente a su confort.
Por todo ello, es muy importante que los equipos técnicos de los centros, junto con la familia, analicen los casos en los que es beneficioso o no que el residente salga del centro.
Las celebraciones navideñas suponen todo un reto para los cuidadores de personas mayores y dependientes. Estas festividades implican momentos de alegría, reunión, reencuentros y amor, y se convierten en una oportunidad excelente para hacerles llegar a nuestros mayores todo nuestro cariño.
La atención continuada, el apoyo emocional y la adaptación a sus capacidades y limitaciones son vitales para que hacerles partícipes de estas fechas.