Finalizadas las vacaciones, regresa la vorágine del día a día y la rutina. Esto también incluye a los más pequeños, con la vuelta al colegio y los madrugones, los reencuentros con los compañeros y las actividades extraescolares.
Las primeras semanas se toman como un periodo de adaptación, ya que se pasa de meses en los que no existen horarios ni obligaciones, a días prácticamente programados.
Cuando los niños sufren la pérdida de un ser querido en verano, los cambios que se producen se dispersan y es con la vuelta a la normalidad, al día a día, cuando se empieza a tomar consciencia de ello. Por eso, el regreso al aula es una pieza clave para afrontarlo.
Síntomas del duelo infantil
Como hemos dicho en artículos anteriores, cada duelo es único, pero existen una serie de dificultades comunes que nos podemos encontrar en el regreso al colegio de los niños que han vivido el fallecimiento de un familiar durante las vacaciones:
- Rechazo a volver al colegio y abandonar al resto de familiares. Esto es provocado por la preocupación que tiene el niño por si vuelve a repetirse la situación con los demás miembros de la familia. Debemos atender esos sentimientos y tranquilizarle para que sepa que siempre que vuelva a casa habrá alguien para cuidarle.
- No querer comunicar el fallecimiento. En muchas ocasiones el niño no sabe cómo hablar del tema y no quiere que los demás lo sepan. Lo más adecuado sería que desde la familia más cercana se informe al entorno más próximo del niño. Así irá normalizando la situación y podrá ver que sus compañeros ya conocen lo que ha ocurrido. El menor debe saber también que es normal que sus compañeros le pregunten y que puede hablar de ello con libertad, pero que, si no le apetece, también es respetable.
- Unido al punto anterior, va el miedo que tienen los niños y adolescentes a sentirse diferentes, a ser los raros. Por eso es tan importante que sus compañeros conozcan la situación, que se aborde tanto en casa como en el aula para que le sirvan de apoyo y soporte.
- Se mostrarán más tristes o mimosos. Cuando ocurre una pérdida significativa, es normal que se produzcan retrocesos o que el niño se muestre más triste o irascible. Debemos dejarle espacio para que muestre sus sentimientos y preocupaciones, así como reforzar aquellas conductas que consideremos positivas y reconducir las que puedan dañarle.
¿Cómo trabajar el duelo de los niños para la vuelta al cole?
A la vez, para facilitar la vuelta al colegio de un niño en duelo y superar las dificultades descritas, conviene tener en cuenta varias cosas:
- Informar al centro educativo. El equipo docente debe estar al corriente de la pérdida, las circunstancias, lo que se le ha explicado al niño y lo que no, y cuáles han sido sus reacciones. De este modo, se pone en preaviso al profesorado para que pueda manejar la situación y observar la conducta del niño.
- Facilitarle la vuelta al aula. Es importante acompañarle los primeros días y esperarle a la salida. Hay que indicarle que los profesores son conscientes de la situación y, al mismo tiempo, animar al profesorado a que aborde el tema con el niño. Esto le ayudará a explicar al resto de compañeros qué ha pasado, cómo se siente y qué necesita para sentirse mejor.
- Hay que recordar que es una situación especial y, como tal, las reacciones pueden ser excepcionales. Los niños pueden manifestar miedo, ansiedad, confusión, etc, por lo que es necesario ser más flexibles con ellos. Es necesario intentar que asuma esa pérdida para que, poco a poco, vayan desapareciendo las emociones desadaptativas.
- Abordar las conductas indeseables. Muchas pérdidas conllevan problemas de comportamiento en el niño. Pese a que hemos hablado de ser flexibles, no conviene caer siempre en conductas exculpatorias como: “Pobrecillo, es que ha perdido a …”. Debemos corregir conductas como pataletas, respuestas agresivas, acciones destructivas… hablando con él para explicarle lo que consideramos que está pasando. Por ejemplo: “Sé que estás muy triste por el fallecimiento del abuelo, pero eso no significa que tengas que romper los juguetes de tu hermano”. Le ayudaremos a identificar las conductas indeseables y a pedir perdón en caso de tener que disculparse.
- Fechas especiales. Hay que informar al centro educativo de los aniversarios y cumpleaños que tengan que ver con la persona fallecida, para que comprendan si hay alguna reacción diferente en el menor. También hay que estar pendientes de las celebraciones especiales en el colegio, como las graduaciones escolares, los festivales u obras de teatro. Estas fechas pueden resultar incómodas al faltar el ser querido y es bueno anticiparlo con el niño, explicarles cómo van a ser y explorar lo que siente.
Es aconsejable buscar la ayuda de un profesional cuando nos sintamos desbordados o no sepamos como encarar todos estos cambios.
Nerea Benito Escudero
Psicóloga clínica experta en duelo