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La llegada del 14 de febrero, Día de los Enamorados, al igual que otras celebraciones importantes como la Navidad, el Día de la Madre y del Padre, o los cumpleaños, puede acrecentar el dolor de quienes hayan sufrido la pérdida de su pareja. Ese día es una exaltación del amor, las relaciones y el afecto.

Vivir la muerte de una pareja conlleva muchos tipos de pérdidas, ya que no solo perdemos a un familiar. Perdemos también esa vida en conjunto que habíamos decidido llevar, viajes, paseos, besos, planes de futuro y un sinfín de cosas que harán muy difícil superar el duelo.

La celebración de San Valentín está muy mediatizada: es muy difícil huir de campañas y anuncios publicitarios; las tiendas se llenan de corazones en sus escaparates y parece que todo el mundo quiere demostrar más su amor, lo que hace mucho más complejo enfrentarnos a ese día.  

Como en todas las situaciones, no hay una receta mágica para mitigar el dolor, pero sí existen una serie de consejos que pueden suavizar esos sentimientos en un día tan marcado:

  • Rodearse de nuestros seres queridos: el duelo se hace más llevadero en compañía de familiares y amigos, con los que tenemos relaciones sinceras y de confianza. Aunque sea imposible pasar ese día con la persona que amamos, al menos esa compañía nos dará el espacio para poder hablar de nuestros sentimientos en un ambiente cálido y seguro. También puede hacer que, sin olvidar a nuestra pareja, generemos nuevos recuerdos en ese día y nos sirva para honrar y homenajear a los que ya no están.
  • Dejarse ayudar: este punto está muy relacionado con el anterior. Debemos dejar que las personas que nos quieren sean nuestro apoyo, nuestro hombro para llorar y que sus palabras o su mera compañía sean el soporte que nos sostiene en estos momentos. Por muy personal que sea el duelo, el alivio y la superación van de la mano de nuestros seres queridos.
  • Buscar apoyo profesional: en ocasiones la mejor ayuda es la de aquellas personas que han pasado por la misma situación. Aunque las circunstancias de la pérdida no hayan sido iguales, sentimos mayor apoyo y comprensión con aquellos que pueden entender cómo nos sentimos. Hay muchos profesionales que crean grupos de apoyo para este tipo de situaciones y que pueden generar ese clima de confianza que nos sirva de espejo y de ayuda en el camino.
  • Expresar las emociones: debemos permitirnos expresar lo que sentimos. Puede que nos parezca un día especial o indiferente. Sea como sea, dejemos fluir las emociones y sentimientos, en las fechas señaladas estas pueden variar o podemos sentir más presión externa. Cada persona vive su duelo de una manera y no por ello es mejor o peor. Debemos seguir avanzando, sin importar el ritmo ni la velocidad, porque no es una carrera.
  • Escuchar al cuerpo: debemos preguntarnos: ¿qué necesito hoy? Quizás no nos apetezca hacer nada y preferimos quedarnos en casa pintando, viendo una película o leyendo. El cuerpo es sabio y es importante darnos cuenta de nuestras necesidades. También debemos manifestar a nuestro entorno que necesitamos un poco de soledad, si es lo que de verdad nos apetece.
  • Buscar una forma de homenajear al ser querido. Ir al cementerio o al lugar donde están sus cenizas puede ser la forma de conectar con las emociones, sentirlas y tener un lugar al que ir a expresarlas. También podemos realizar algún homenaje más privado en casa, escribir una carta o mirar fotografías. A la vez, permitirnos sentir las emociones que provocan esos recuerdos.

Debemos recordar que no existe una forma correcta o incorrecta de celebrar el Día de San Valentín después de la muerte de la pareja. La mejor manera de sobrellevar la situación es planificarla con anticipación, obtener el apoyo de los demás, cuidar de nosotros mismos y experimentar cualquier emoción que surja. 

Nerea Benito Escudero

Psicóloga experta en duelo