Blog

El fallecimiento de un ser querido es un episodio traumático por el que, tarde o temprano, todos pasamos. En la mente de un menor, este episodio va a desatar una serie de dudas, preguntas e incertidumbres que, según la edad y la etapa de desarrollo cognitivo en la que el niño se encuentre, supondrá un “reto didáctico” diferente.

A continuación, compartimos algunas pautas que nos facilitarán el abordaje psicológico de las reacciones que pueden manifestarse en los niños ante la incomprensión de la muerte, según diferentes rangos de edad.

De los 3 a los 6 años

Los niños de estas edades entienden la muerte como algo temporal y reversible. Es normal que a esta edad piensen que las personas fallecidas nos ven, escuchan o sienten desde donde están. Además, en esta etapa sienten mucha curiosidad, por lo que probablemente harán muchas preguntas sobre qué significa “morirse”.

Tenga en cuenta que comprenderán las explicaciones que les demos de manera literal, por lo que es aconsejable contarles lo sucedido con un lenguaje sencillo y concreto. Las explicaciones abstractas como “se ha sumido en un sueño profundo” solo les generarán más confusión.

Cómo explicar a los niños la pérdida de un ser querido - PARCESA Servicios Funerarios Integrales

Para no crear miedo a que más gente de su entorno pueda morir, debemos decirles que las personas fallecen cuando son muy mayores o cuando están muy enfermas (incidiendo en la idea del “muy”).

De los 7 a los 10 años

A esta edad empiezan a comprender qué significa morir y la irreversibilidad de la muerte. Hacia los 9-10 años, son conscientes de que sus familiares o ellos mismos podrían fallecer, por lo que aparecen el temor y el pensamiento supersticioso: algo que ellos hayan dicho o hecho podría provocar la muerte de un ser querido.

Además, su curiosidad los puede llevar a hacer preguntas sobre el cadáver, el rito funerario o lo que hay después de la muerte.

En esta etapa, al hablar de la muerte de un ser querido, debemos poner énfasis en las causas de esta. También debemos estar preparados para sus preguntas, que pueden resultarnos duras, pero es importante que sientan que los escuchamos y que puedan preguntarnos acerca de aquellos aspectos de la muerte que no entienden.

De los 11 a los 13 años

Los preadolescentes ya comprenden plenamente lo que significa la muerte. De hecho, el fallecimiento de un ser querido suele llevarlos a plantearse su propia mortalidad y la de sus padres, y a cuestionarse las creencias familiares sobre lo que hay después de la muerte.

Esto provoca que no quieran hablar del tema en muchas ocasiones, pero, si quieren hacerlo, debemos contarles nuestras propias experiencias de duelo. Deben ver que, aunque la muerte de un ser amado duele, es posible seguir adelante. 

Además, a esta edad, si ellos lo desean, es recomendable que participen en los ritos funerarios: elegir los arreglos florales, velar en el tanatorio, misas, entierros, cremaciones…,  explicándoselos previamente.

afrontar muerte niños

Sea cual se la edad de sus hijos, hay que tratar de naturalizar el proceso del duelo y hacerlo comprensible para que puedan aceptar la pérdida y entender que es parte del proceso de la vida.