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Vivimos un 2021 convulso en el que nos vienen a la mente todos los momentos difíciles que hemos vivido en el pasado año 2020. Con la llegada de la tercera ola y el aumento de las infecciones por COVID-19, recordamos todos aquellos difíciles momentos que nos acompañaron y que no queremos repetir.

Deseamos que todo vuelva a ser como antes y recuperar esa normalidad que tan lejana parece ya.

Detrás de las cifras que oímos cada día hay nombres y apellidos, y familias rotas de dolor por no haber despedido a su ser querido como hubieran deseado, sin tan siquiera tener la oportunidad de darle un último adiós.

¿Cómo se puede superar todo esto?  ¿Cómo hacer frente a tantos sentimientos encontrados? No es fácil, pero hay pautas que nos pueden ayudar. 

Las compartimos en este artículo con la esperanza de que aporten algo de luz mientras volvemos de verdad a la ansiada normalidad.

 El dolor de no poder decir adiós a un ser querido

La muerte de un familiar o amigo es uno de los sucesos más dolorosos de nuestra vida y rara vez estamos preparados para ello. Cuando al dolor de la pérdida se suma la imposibilidad de despedirnos de esa persona, por no haber podido llegar a tiempo o porque las circunstancias nos lo impiden, se desencadena una serie de sentimientos encontrados que hacen aún más difícil superar el duelo. 

Cómo afrontar el duelo sin habernos podido despedir - PARCESA Servicios Funerarios Integrales

Esto es lo que están viviendo los miles de familias que han perdido a un ser querido por la COVID-19 y por otras razones, pero sin poder darle un último adiós. Esto suele dar lugar a un duelo particularmente complicado en el que se desencadenan múltiples sentimientos hasta que vayamos asimilando lo sucedido. 

Nunca es tarde

“Los homenajes tienen un papel fundamental en la aceptación de la pérdida y en la elaboración de un duelo normalizado”

Aunque las restricciones sanitarias derivadas de la pandemia han privado a muchas familias de la oportunidad de rendir homenaje a sus seres queridos, los expertos aconsejan no prescindir de estos rituales. No importa el tiempo que haya pasado. Será muy reconfortante poder reunir a los familiares y amigos para honrar la memoria del que ya no está con nosotros.

“No poder acompañar a un ser querido, en los últimos momentos, genera frustración y una sensación de angustia que puede llevar al agotamiento”

Aparte de la ausencia de ceremonias o limitaciones en los velatorios, hay otros componentes negativos que acompañan a la muerte en el contexto actual.

Uno de ellos es la imposibilidad de estar junto a nuestro ser querido durante la enfermedad o en sus momentos finales. Esto genera una gran frustración y una angustia que pueden llevar a los familiares al agotamiento y a un alto nivel de ansiedad. Si además el fallecimiento es repentino o inesperado, puede dar lugar a estados de shock o a no parar de pensar en lo ocurrido, ya que se intenta comprender lo ocurrido de forma desesperada.

Es habitual también la sensación de enfado y las innumerables preguntas que pueden surgir:

  •  ¿Por qué apareció este virus?
  •  ¿Por qué a nosotros?
  •  ¿Se podrían haber tomado otras medidas?
  •  ¿Y si hubiera estado en casa en vez de en el hospital?

 Todas estas cuestiones son normales, pero debemos intentar comprender que las circunstancias escapan a nuestro control. No son las respuestas a estas preguntas las que nos dan calma sino la aceptación de la realidad, aunque sea dolorosa.

¿Qué podemos hacer?

 Para superar la pérdida es fundamental tener paciencia y darnos el tiempo necesario. Evite buscar culpables porque, pese a que le demos muchas vueltas, no podremos cambiar las condiciones en las que ha fallecido nuestro familiar.

Es recomendable darse tiempo antes de decidir qué hacer con los objetos de nuestro ser querido. Son una manera de conectar físicamente con su recuerdo y nos ayudarán a canalizar las emociones que nos toca vivir en la difícil situación que tenemos que afrontar.

 Según los expertos, otra buena acción para calmar los sentimientos que nos atormentan es escribir una carta de despedida que recoja todo lo que queremos expresar. La escritura nos ayuda a desahogarnos y expresar los sentimientos más profundos.  Otras personas optan por construir un rincón de recuerdos, con fotos u objetos personales que le recuerden a su ser querido, al que acuden cuando necesitan desahogarse o estar un rato a solas.

Cómo afrontar el duelo sin habernos podido despedir - PARCESA Servicios Funerarios Integrales

En cualquier caso, no hay recetas mágicas que eliminen el dolor, pero podemos utilizar algunas estrategias para llevarlo mejor:

  1. Destierre los sentimientos de culpa.
  2. Deje aflorar sus emociones y no las evite.
  3. Comparta sus emociones de la forma que prefiera. El dolor es el mismo, pero en compañía se lleva mejor.
  4. Evite el exceso de información y las imágenes que puedan reavivar su sufrimiento.
  5. El hecho de escribir sus sentimientos y pensamientos le ayudará para asimilar lo ocurrido.
  6. Si necesita estar solo, dígaselo a su entorno. Debe sentirse cómodo para aliviar su angustia.
  7. Dé “permiso” a su ser querido para que se marche. Eso no implica olvidarle.
  8. La despedida es un proceso, no un acto puntual. Los recuerdos de la vida compartida perdurarán y le acompañarán siempre.
  9. Buscar ayuda profesional puede ser una buena decisión para aquellos que tengan más dificultades para superar el duelo.

“El distanciamiento físico al que nos hemos visto sometidos por la pandemia impide a veces que las personas que nos podían apoyar estén a nuestro lado, pero debemos hacer todo lo posible por no aislarnos.”

Desde Parcesa recomendamos el contacto con familias, amigos y conocidos para afrontar cualquier tipo de duelo. Cuando la situación se encuentre más normalizada, podremos volver a abrazarnos, tocarnos y reuniones como antes.

Hasta entonces, trate de cuidarse y cuidar a todos los que le rodean.